¿Acaso buscas chistes buenos para reírse a carcajadas? ¿O tal vez buscar chistes buenos para contar? No pierdas el tiempo y lee uno de ellos aquí, en esta página. Te reirás tanto que no podrás leer ninguno más.
¿Saben porque es lo mismo una caja de bombones que un cura?
Porque nunca sabes cuando te puede tocar
Porque la torre de pisa está inclinada? Porque tuvo más reflejos que las torres gemelas
Había un gato con 16 vidas.
Lo aplastó un 4×4 y se murió.
– Por favor, ¿la calle sagasta?
– ¡Pues claro! Si pasas muchas veces por ella, ¡pues claro que se gasta!
– Hola, soy paraguayo y vengo a recoger a su hija.
– ¿PARA QUÉ?
– ¡Paraguayo!
– TOC TOC.
– ¿Quién es?
– Soy yo.
– ¡Y era él!
– Cariño, ¿puedes cambiar al bebé?
– ¡Creí que nunca me lo pedirías! ¿Tú crees que nos lo cambiarán por una PS4 Pro?
– ¿Cuánto cuesta ese oso de peluche?
– 30 euros.
– Me lo llevo, aquí tiene el dinero.
– ¡Estos billetes son falsos!
– ¿Acaso el oso es de verdad?
– Papá, el termómetro ha bajado.
– ¿Mucho?
– Pues sí, unos 10 metros. Ha caído por la ventana.
– Un amigo a otro:
– ¿Viste el apagón de anoche?
– Y le contesta:
– No, en mi casa se fue la luz.
– Una niña le dice a su madre:
– Mami, te quiero.
– Y yo a ti, pero díselo a papá también.
– ¡Papi, quiero a mami!
– Oye, ¿cuál es tu plato favorito y por qué?
– Pues el hondo, porque cabe más comida…
– Ayer llamé a la policía porque unos ladrones robaron en mi casa y se llevaron hasta los vasos.
– ¿Y los detuvo?
– Sí, sí, los de tubo también.
– ¿Cómo te llamas?
– Lancelot.
– Pues atrápalot…
– ¿Qué hay peor que encontrarse un gusano en una manzana?
– Encontrarse medio.
– Cariño, ¿has visto el libro de ‘Cómo vivir 100 años’?
– Sí, lo tiré a la basura, tu madre lo estaba leyendo.
– Doctor, doctor, no sé lo que me pasa que cada vez que tomo café me duele el ojo derecho.
– ¿Has probado a sacar la cucharilla de la taza?
– Llega un paciente a la consulta del médico, y dice:
– Doctor, tengo un problema. Nadie me hace caso.
– Que pase el siguiente.
– Oiga, ¿el otorrino va por número?
– Van nombrando.
– Qué gran actor, pero no me cambie de tema.
– ¿Por qué las focas del circo miran siempre hacia arriba?
– Porque es donde están los focos.
– ¿Por qué estás hablando con esas zapatillas?
– Porque pone “converse”.
– ¿Sabes cómo se queda un mago después de comer?
– Magordito.
– Me da un café con leche corto.
– Se me ha roto la máquina, cambio.
– ¿Qué le dice un techo a otro?
– Techo de menos.
– Hola, ¿está Agustín?
– No, estoy incomodín.
– ¿Dónde cuelga Superman su supercapa?
– En superchero.
– ¿Para que va una caja al gimnasio?
– Para hacerse caja fuerte.
– Mmmm, ¡velas!, ¿qué celebramos?
– Que nos han cortado la luz..
– Uno que va a una entrevista de trabajo y hablando del salario:
– Pues empezarás cobrando 1000 € y más adelante 2000 €.
– Ah, pues ya vendré más adelante.
– Cariño, creo que estás obsesionado con el fútbol y me haces falta.
– ¡¿Qué falta?! ¡¿Qué falta?! ¡Si no te he tocado!
– Papá, papá, ¿tú te casaste por la iglesia o por el civil?
– ¡Por estúpido!
– Íbamos yo y Nacho.
– No hijo, íbamos Nacho y yo.
– ¿Cómo? ¿Entonces yo no iba?
– Mi virtud es la paciencia.
– ¿Qué?
– Que mi virtud es la paciencia, ¡maldito sordo!
– ¿A usted le gusta mucho la pintura?
– Mucho, pero más de un bote me empalaga.
– ¡Oye, Oye!, pero, ¿por qué golpeas a ese maniquí?
– ¡Arrrrrrrg! ¡Es que no soporto a la gente falsa!
¡Fórmula científica para crear chistes buenos!
¿Por qué un chiste te hace reír y otro solo logra que pongas una cara de pocos amigos? ¿Por qué un chiste que hace años te encantaba ahora puede llegar a incluso ofenderte?
Aunque te sorprenda la respuesta, la ciencia lleva tiempo interesada con el mundo del humor, y ha querido descubrir en muchas ocasiones si existe una forma de dar otra vista a aquello que te hace gracia, lo que llamamos chistes buenos.
Exactamente, hace 20 años se hizo uno de los primeros intentos: un científico creó una página con 40.000 chistes y pidió la votación de sus lectores.
Fue así cómo encontró por estadística el chiste más gracioso: fue el mejor votado de los 40.000.
Pero antes de hablar de este chiste, es primordial que entiendas por qué los chistes buenos funcionan, y por qué lo que antes fue un gran chiste ahora puede ser una terrible ofensa potencialmente censurable.
Todo tendrá sentido cuando conozcas la Teoría de la Transgresión Benigna
¿Cómo nacen los chistes buenos?
Para que los chistes buenos funcionen correctamente, se debe seguir con exactitud la Teoría de la Transgresión Benigna. Esta teoría nace de las investigaciones de un lingüista llamado Tom Veatch, y se basa en el hecho de que el humor debe crear sensaciones de seguridad e inseguridad al mismo tiempo.
¿Difícil? Míralo de esta manera. Imagina a 2 de tus amigos peleando de verdad a los puños e hiriéndose sin contemplaciones. ¿Te hace gracia? Solo si tienes una mente perturbada. Se trata de una situación 100% insegura.
Entonces: imagina a tus 2 amigos de antes diciendo que se van a pelear, levantando sus puños muy serios, y, de repente... se lanzan a hacerse cosquillas. ¿A qué hace más gracia? Hay una combinación de peligro (la amenaza) y de seguridad (el peligro se desinfla y se convierte en juego) que permite la entrada del humor.
La teoría de más arriba tiene argumentos en que aquello que produce risa en los seres humanos y en algunos primates es en realidad una transgresión benigna en donde la amenaza inicial se convierte en divertimento seguro, primera clave para la creación de chistes buenos.
Requisitos para ser considerados chistes buenos por la ciencia.
Para transformarse en una buena transgresión benigna, un chiste bueno debe cumplir 3 cosas:
✅ Ser una transgresión insegura de una situación.
✅ Darle un giro a la situación para que sientas, como audiencia, que es segura.
✅ Que ambas percepciones (inseguridad y seguridad) ocurran al mismo tiempo.
Si te cuesta entender ese "darle un giro", solo tienes que volver a la pelea de broma entre tus 2 amigos. ¿Por qué te causa chiste? Porque se ha producido una "vuelta" o giro en la situación, una sorpresa en forma de repentino duelo de cosquillas cuando todo parecía que iba a acabar muy mal.
Ahora imagina que estás en el autobús, un extraño se te planta delante, te pide si te puede hacer cosquillas y empieza a mover las manos hacia ti. No te va a hacer gracia alguna porque no existe ningún componente en dicha situación que te haga sentir seguro. No es humor, es una situación altamente peligrosa para ti.
Piensa ahora en tus humoristas preferidos. ¿De qué suelen hablar? De temas tabús, de cosas que quizás piensas, pero no dices en voz alta porque alguien se puede ofender (situación peligrosa).
A no ser que seas de buen humor, que los hay, te reirás cuando un monologuista se queje de su suegra porque, en lugar de limitarse a criticarla, realizará una observación ingeniosa, sorprendente y normalmente muy real; eso es la "vuelta" que convierte lo peligroso en seguro.
¿Cuándo los chistes buenos dejan de ser buenos?
Un chiste puede ofender y, por lo tanto, no funcionar cuando fracasa en darle la vuelta. Ahora que muchas series de los 80-90 están volviendo gracias a las plataformas por streaming, algunos episodios están siendo censurados o directamente cancelados porque en lugar de hacer risa crean enfado; el contexto ha cambiado y el mensaje que comunican ya no es seguro.
El mejor ejemplo es el episodio “Papá, loco de atar” de Los Simpson. No lo encontrarás en el listado de la Temporada 3 de la serie en Disney+, debido a que su contenido puede considerar delicado hoy en día.
¿El motivo? Michael Jackson puso la voz a Leon Kompowsky, un personaje que, irónicamente, se hace pasar por Michael Jackson, esta ironía es la que hacía del segmento un chiste bueno de calidad para la época.
Después de la emisión del documental Leaving Neverland en HBO, en donde se investigan los posibles abusos sexuales del cantante hacia 2 hombres cuando estos eran niños, ya no existe "vuelta a atrás" en el episodio que convierta la situación peligrosa en segura.
Del humor se pasó a la ofensa y de la ofensa a la cancelación del humor fallido.
Finalmente, la Teoría de la Transgresión Benigna también explica por qué no se pueden hacer chistes sobre una tragedia reciente. A nivel social, todavía sientes que el peligro es real, así que no te provoca ninguna gracia.
De esta forma, lo que más tarde puede ser uno de los mejores chistes buenos del mundo, en el momento, la sensación de inseguridad impide que éste genere el efecto que debería, por lo que hay que tener cuidado con el momento en el que se cuenta un chiste.
El Chistoso y su repertorio de Chistes Buenos.
En Chistoso nos somos científicos, y de hecho, no podemos decir que hemos probado científicamente todos nuestro chistes, pero lo que sí te podemos decir, es que tenemos el mejor repertorio de chistes buenos para ti.
No dudes en explorar todos y cada uno de nuestros chistes buenos, te aseguramos que te vas a reír a carcajadas.
Y si nuestro repertorio de chistes buenos no te parece suficiente, no te preocupes, tenemos muchas categorías y temáticas de chistes diferentes para tu disfrute.
Si por casualidad conoces chistes buenos que no estén en nuestro repertorio, no dudes en compartirlos con nosotros, de esta forma contribuyes a que otras personas rían tanto como tú.