¿Quién no se ha preguntado alguna vez por qué condenan a una persona? Pues la respuesta es sencilla, en algunos casos es porque han hecho algo, en otros, la persona es acusada sin haber cometido ningún delito, por lo cual salen algunos de los chistes de delincuentes.
No hay chistes todavía. Sé el primero en escribir uno.
– Un ladrón entra a un banco, apunta con su arma al cajero y exige que le de todo el dinero.
Una vez con el botín, se da la vuelta hacia uno de los clientes y le pregunta:
– ¿Usted me vio robar?
– Si, pero de refilón.
– El ladrón le pega un tiro en la cabeza.
– Se dirije a otra persona que había al lado:
– ¿Y usted,me vio robar?
– No, la verdad es que apenas vi nada…
– El ladrón le pega dos tiros en la cabeza.
– Se da vuelta hacia una familia que estaba parada a su lado y pregunta:
– ¿Y usted, me vio robar?
– El hombre le contesta:
– Yo no vi nada… pero mi suegra si, la vi grabándote con el móvil.
– Como el juez prometió ser suave por Navidad, le pregunta a un acusado:
– ¡Hombre! bienvenido a mi juzgado, ¿De qué se le acusa? ¿quiere un café? ¡Guardias traigan un café!
– Señor, me acusan haber hecho mis compras navideñas con anticipación.
– Hombre, pero eso no es un delito, ¿Con cuánta anticipación las compró usted?
– Antes que abrieran la tienda.
– Arriba las manos, esto es un atraco, ¿tiene algo de valor?
– Nada de nada. ¡Soy un cobarde!
– Se encuentra el paciente tendido en la cama. Su médico, abogado, esposa, y sus hijos están esperando el suspiro final, cuando de repente el paciente se sienta, mira a su alrededor y dice:
– Asesinos, ladrones, mal agradecidos, y se vuelve acostar.
– El doctor un poco confundido dice:
– Yo creo que está mejorando.
– ¿Por qué lo dice, doctor?
– Porque nos ha reconocido a todos.
– El Juez le pregunta al ladrón que acababa de hacer de las suyas en una tienda de ropa:
– ¡Pero dígame! ¿Qué no ha pensado en su esposa…en sus hijas?
– Pues la verdad sí pensé su Señoría, pero en la tienda solo había ropa para hombre.
– A mí antes me perseguían las mujeres.
– ¿Y por qué ya no?
– Es que ya no robo bolsos.
– Estaba en un restaurante y mientras iba al baño, vi como otra persona tomaba el mismo camino que yo. Al entrar al baño, observé cómo ocupaba uno de los dos
cubículos, que eran de esos que no llegan hasta el techo. Yo, lógicamente, entré en el
otro. De repente, oigo que me dicen:
– ¡Hola!
– Yo seguí callado, pero el tipo vuelve a decir:
– ¡Hola!. ¿Me escuchas?
– Yo, para no parecer mal educado, contesté:
– ¡Hola!
– Y el tipo pregunta:
– ¿Cómo estás?
– A lo que contesté:
– Bien, gracias, un poco cansado.
– Y el tipo dice:
– ¿Qué haces?
– Yo ya estaba intrigado, pensé, siempre hay gente muy rara en este mundo, y contesté:
– ¿Y qué voy a estar haciendo?. Lo mismo que tú, ¡Cagando!
– Inmediatamente oigo:
– ¡Mi vida, te llamo después porque tengo a un imbécil al lado, que está contestando a todas mis preguntas!
– El comisario interroga a un ladrón.
– O sea, que ¿quieres hacernos creer que no robaste el brazalete, sino que te lo encontraste?
– Sí, señor.
– ¿Y por qué no lo llevaste a la oficina de objetos perdidos?
– Iba a hacerlo, pero entonces vi que llevaba una inscripción que decía: Tuyo para siempre.
– Luego de una persecución el policía coge al ladrón y le pregunta:
– ¿Por qué le robó el reloj a la señora?
– Y el ladrón contesta:
– Yo no le robé ningún reloj, ella me lo dio.
– ¿En qué momento ella le dio el reloj?
– En el momento que le mostré la pistola.
– Llegan a robar a una Fiesta, y un ladrón grita…
– ¡Todas las zorras a la izquierda y todos los gays a la derecha!
– Hombres y mujeres se mueven rápidamente, pero se queda un borracho en el centro de la sala… y el ladrón le dice:
– Bueno ¿y usted que?
– Y el borracho le contesta:
– No, yo aquí sorprendido con la clase de amistades que tengo!
– Un hombre detiene a una señora por la calle y le pregunta:
– Disculpe, ¿no vio a un policía dando vueltas por aquí?
– No, no vi a ninguno.
– Perfecto! Deme su cartera, su reloj y su collar!
– Un hombre aparca justo delante de la puerta del Congreso de los Diputados, entonces sale el portero y le dice:
– ¡Oiga, señor! Quite el coche inmediatamente de ahí.
– ¿Por qué? Pregunta el señor, extrañado.
– Es que están a punto de salir los diputados…
– ¡Ah! Bueno…, si es por eso no se preocupe, tengo antirrobo!
– Un turco le dice al otro:
– Compadre, nos acaban de robar el negocio.
– ¿Y qué se robaron?
– ¡Tú parte!
– ¿Cuál es el e-mail de un ladrón online?
– Arroba todo lo que puedas y punto.
– ¡Jesús te está mirando!.
– Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego como ve que no ocurre nada continúa. Y de nuevo la voz le dice:
– ¡Jesús te está mirando!
– El ladrón asustado prende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice:
– ¡Ahhh que susto me diste!.
– ¿Cómo te llamas lorito?.
– Y el loro le responde:
– Me llamo Pedro.
– Pedro es un nombre extraño para un loro.
– Y el loro le contesta:
– Más extraño es el nombre de Jesús para un Doberman.
– Había una vez un ladrón tan, pero tan tonto que cuando robaba una tienda, se llevaba los maniquíes para no dejar testigos.
– ¿Cual es el colmo de un ladrón?
– Llamarse Esteban Dido…
– Sale un señor de una tienda con dos kilos de patatas y de repente aparece un ladrón:
– ¡Arriba las manos!.
– El señor obedece y el ladrón dice:
– ¡Ahora las pelas!
– ¡Sí, hombre!, las patatas las pelas tú.
– Había un ladrón que quería robar una iglesia y decidió ir a robarla entonces se pone con el pastor y dice ¡Levanten las manos! y la gentes levantas la manos y empiezan a orar.
– Un matrimonio tenía dos niños pequeños, de 8 y 10 años de edad, quienes eran extremadamente traviesos. Siempre estaban metiéndose en problemas y sus padres sabían que si alguna travesura ocurría en su pueblo sus hijos estaban seguramente involucrados.
– La mamá de los niños escuchó que el sacerdote del pueblo había tenido mucho éxito disciplinando niños, así que le pidió que hablara con sus hijos. El sacerdote aceptó pero pidió verlos de forma separada, así que la mamá envió primero al niño más pequeño.
– El sacerdote era un hombre enorme con una voz muy profunda, sentó al niño frente a él y le preguntó gravemente:
– ¿Dónde está Dios?
– El niño se quedó boquiabierto pero no respondió, sólo se quedó sentado.
– Así que el sacerdote repitió la pregunta en un tono todavía más grave:
– ¿Dónde está Dios?
– De nuevo el niño no contestó.
Entonces el sacerdote subió de tono su voz, aún más, agitó su dedo frente a la cara del niño, y gritó:
– ¿Dónde está Dios?
– El niño salió gritando del cuarto, corrió hasta su casa y se escondió en su habitación.
– Cuando su hermano lo encontró encerrado en su habitación le preguntó:
– ¿Qué pasó?
– El hermano pequeño sin aliento le contestó:
– ¡Ahora si que estamos en graves problemas hermano, han secuestrado a Dios y creen que nosotros lo tenemos!
– En una entrevista de trabajo para escoger taladores de árboles están :
– Un brasileño, Un estadounidense y Un vasco;
-Entrevistador : ¿Y ustedes que experiencia tienen?
– Estadounidense:
– Pues yo estuve en el norte de Canada cortando árboles.
– Brasileño :
– Eu estove em Brazil a silva du Amazonas.
– Vasco :
– Pues yo estuve en el Sahara.
Entrevistador :
– ¡Pero si en el Sahara no hay árboles!
– Vasco :
-¡Eso es ahora!
– Oye qué tal te va con aquellos problemas que tenías de memoria. Totalmente curado, estoy como nuevo, de coña, tu.
– ¿Y quien te ha curado?
– Una eminencia.
– ¿Podrías decirme su nombre, porque mi mujer tiene también problemas de memoria?
– Claro, es el doctor,… como se llama hombre, el doctor ….
– ¿Cómo se llama esta montaña que está en Barcelona, que tiene una Virgen morena?
– Le contesta: Montserrat.
– El tío dirigiéndose a su mujer le dice: Oye Montserrat ¿Cómo se llama el médico que me ha curado?
– ¿Cuánto cuesta esta estufa?
– 5 mil dólares.
– Pero, oiga, ¡esto es una estafa!
– No, señor, esto es una estufa.
– Uno de los secuestradores le dice al rehén:
– Tira este dado si sacas uno, dos, tres, cuatro, o cinco, te matamos.
– Y ¿si saco un seis? -pregunta el rehén.
– Entonces tiras otra vez.
– Vivo con el miedo de que alguien entre a robar a mi pobre suegra que vive sola con sus joyas en la calle Alcinar de las Rojas nº 254 Edificio F piso 2º.
– A Maripily se le metieron los ladrones en la casa y corre directo al policía a poner la denuncia del robo.
– Mire, señor…, venía para denunciar que entraron los ladrones a mi casa y me robaron: un equipo de sonido marca Aiwa, una nevera marca Samsung, un portátil Toshiba, y un Cristo marca Inri.
– Entra un borracho en una comisaría:
– ¿Podría ver al hombre que robó ayer en mi casa?
– ¿Y para qué lo quiere ver?
– Para saber cómo entró sin despertar a mi mujer.
– Ayer llamé a la policía porque unos ladrones robaron en mi casa y se llevaron hasta los vasos…
– ¿Y los detuvo?
– Si si, los de tubo y los de chupitos.
– Estaban dos esposos durmiendo en su casa, cuando de repente la señora escucha un ruido, y dice: “¡Juan! ¡despierta! creo que se quieren entrar a robar. ¡Asomate a la ventana para que crean que tenemos perro!”
– Eres tan bruto que ..le robaste la billetera a un tipo en un avión y saliste corriendo.
– Dos Atlantes van a robar a casa de un ricachón y ven un cartel de “cuidado con el perro”… Vamonos, que aquí hay perro… Pero si eso lo ponen todos para asustar a los ladrones… El Atlante asustado se va por los alrededores de la casa, ve una parabólica y vuelve mas asustado todavía…. Vamonos, vámonos… ¿Has visto al perro?….. No, pero si el plato donde come.
– Significado de Alianza : en política internacional, pacto entre dos ladrones, cada uno ha metido tanto la mano en el bolsillo del otro que deciden juntarse para robarle a un tercero.
¡Chistes de delincuentes para contar a tus amigos!
¿Qué es la delincuencia?
La palabra delincuencia se refiere a las acciones realizadas por un individuo o más, las cuales tienen como finalidad quebrar las leyes del gobierno de un determinado país, teniendo como resultado una serie de consecuencias negativas tanto para el delincuente como para la sociedad en general.
Los delincuentes son las personas encargadas de cometer ciertas actividades de carácter antisocial en nuestra comunidad. Muchas personas tienen la creencia de que este individuo en particular suele ser una persona que viene de un entorno humilde, con carencia de recursos y que llevados por la necesidad incurren en este tipo de actos.
Lo cierto es que hay dos verdades que no se pueden ignorar: la primera es que ningún acto de delincuencia es justificable por más necesidad y urgencia que existe, ya que siempre alguien deberá pagar los platos rotos del delito y casi siempre son personas inocentes.
Por otro lado, también debemos tomar en cuenta que no solo las personas humildes y de bajos recursos son delincuentes, eso quiere decir que cualquiera podría serlo, no existe un modelo o parámetro necesario que determine quién sí y quién no. La verdad es que todos estamos expuestos a serlo, ya sea por diferentes causas, situaciones o motivaciones; todos y cada uno de nosotros podemos ser un delincuente, incluso si aquellas personas que se encuentran a nuestro alrededor se dieran o no cuenta.
En fin, hablar de chistes de delincuentes puede ser algo contradictorio, pues los chistes están asociados con un momento de placer, de compartir con amigos, familia o personas sencillamente cercanas a nuestro entorno, un momento que es agradable que sirve para alejarnos y entrar en el ocio que nos libera de la rutina de nuestra vida.
Pero la pregunta es ¿se puede hacer chistes de delincuente?
Quien piensa que lo positivo siempre será totalmente positivo, está en una gran equivocación, porque la vida nunca es negra o blanca, eso quiere decir que las cosas malas también tienen sus matices positivos, y no hay nada más cierto que de lo malo siempre hay algo bueno que sacar.
Es por ello que de estas situaciones que se presentan en la vida donde cada uno de nosotros estamos expuestos a ser víctimas o victimarios, nosotros tenemos el poder de sencillamente darle la vuelta y sacar algo positivo.
Muchas personas que han pasado por situaciones que en su momento les crearon gran tensión hoy en día ríen con sólo recordarlas, y esto parte de la superación del estigma de lo negativo como único resultado, no nosotros podemos hacer más.
¿Me puedo reír de una situación negativa como la delincuencia?
Sí señor, usted tiene todo el permiso y libertad para hacerlo, como mencionamos anteriormente, la vida está hecha de diferentes matices y debemos recordar que las anécdotas que contamos en nuestras chistes de delincuentes pueden causar gracia porque son cosas cotidianas y familiares, no estamos hablando de contenido violento, tampoco le estamos invitando a que usted sea delincuente o que se ría de las desgracias de los demás, sino simplemente a que comparta con nosotros un rato ameno para que se distraiga de su rutina
Así pues, queremos que sepa que nuestro único fin es robarle una sonrisa y dejarle la sensación de que, así como no todo es bueno tampoco es malo, y que la delincuencia también tiene sus historias para reír, por eso no dejes de visitar nuestra sección de chistes con gran variedad para todos los gustos.